Proyecto servirá para apoyar a compañeros del centro de rehabilitación.
Por años consumieron drogas pero ahora tienen la oportunidad de reincorporarse a la sociedad, por primera vez salen del centro de rehabilitación e intentan un nuevo oficio donde la gente les ha dado la bienvenida: hacen pan.
Han pasado más de 15 años desde que probaron la droga por primera vez, desde entonces han mantenido una lucha constante por terminar con esa adicción.
Hoy, con cerca de tres meses de estar bajo tratamiento, Javier y Mario fueron seleccionados para dejar las paredes del centro de rehabilitación y salir a la calle a trabajar con un nuevo oficio.
Mario Arellano probó la droga en los 90’s, tuvo un periodo de 5 años sin consumir hasta que recayó, y ahora con una segunda oportunidad piensa en cómo ayudar a otros que tienen una adicción.
Javier Delgado es otro ejemplo, él consumió desde hace 15 años y lleva tres meses en rehabilitación.
Dice que ha sido un proceso difícil, pero trabajar le permite sentirse miembro de una sociedad. Su sueño, ahorrar lo suficiente hasta emprender un negocio, ser independiente y ayudar a otros.
Ambos reciben terapia y tratamiento en la Comunidad Terapéutica de Rehabilitación y Reinserción del Adicto, que actualmente cuenta con 90 internos.
Y, como parte de los proyectos de reintegración social, venden pan artesanal en un módulo que fue instalado en el patio del Palacio Municipal, de lunes a viernes, de 8 de la mañana a 3 de la tarde.
El pan es elaborado por sus compañeros mientras ellos lo venden, y en estos primeros días aseguran una cosa «es la primera vez que la gente se nos acerca, nos habla y no nos humilla».