Actualmente existen tres generaciones de celdas solares, la última de ellas es una celda solar que utiliza como material semiconductor una película semiestructurada de óxido de titanio que ha inspirado nuevos desarrollos tecnológicos que hoy se conocen como celdas perovskita, que están construidas de un material hibrido:
Parte orgánica y un centro inorgánico que normalmente es plomo, ambas ayudan a mejorar la absorción de la luz por lo que se usa en celdas solares.
Ahora los investigadores del Instituto de física “Luis Rivera Terrazas” de la Benemérita Universidad de Puebla (BUAP) buscan aumentar las propiedades de absorción de las celdas simulando los procesos de fotosíntesis de las plantas.
En el caso de las celdas solares, el tinte absorbe la luz y posteriormente es inyectado y transportado en un material semiconductor para producir energía.
La ventaja de estas celdas sensibilizadas con tintes son mucho más económicas que las celdas de silicio y son mucho más eficaces en ambientes cerrados o interiores y puede producir energía a partir de la luz que haya en la habitación ya sea natural o artificial, a diferencia de las celadas de silicio que tienen que estar expuestas al sol.
Además esta celda no tiene límite de absorción de luz porque pueden mejorar su eficiencia a través de la modificación química.
En cuanto a sus desventajas las celdas sensibilizadas con tinte tienen solo 10 años de vida a diferencia de los 20 de las tradicionales y su nivel de eficacia comercial es solo del 7%, por lo que se busca otros elementos que permitan mejorar su eficacia para presentarla al mercado.