Mujeres migrantes preparan el desayuno con sabor a hogar: a su lugar de origen.
El refugio Madre Assunta en Tijuana arrancó con el proyecto «La Comida de los Pueblos», una idea nacida de quienes recibieron apoyo del centro.
Panuchos y tacos de cochinita pibil fueron los platos que sirvieron como inauguración: Desayunando con Campeche.
Esmeralda Ramírez llegó a Tijuana desde hace seis meses, con su esposo y sus hijos.
La falta de trabajo y de condiciones para ofrecer una mejor calidad de de vida son la causa de que ahora están cientos de kilómetros alejados del que antes era su hogar.
Pero a diferencia de aquellas historias de migrantes en búsqueda de cruzar la frontera a Estados Unidos, Esmeralda espera convertir a Tijuana en su nueva morada.
Sus planes poner un negocio de comida, que le permita tener una mejor vida.
La trabajadora social de Madre Assunta, Mary Galván, dicen que las historias de las migrantes que llegan al refugio son distintas a las del año pasado.
Estados Unidos dejó de ser el objetivo y ahora Tijuana es el sueño mexicano.
La intención es que estos desayunos con comida típica repitan una vez al mes, que sean las propias migrantes quienes preparen la comida, con olor a hogar.
