La inconsistencia de Brock Osweiler fue mejor que la inexperiencia de Connor Cook.
Brock Osweiler, finalmente, pareció aquel jugador por el que Houston Texans gastaron 72 millones de dólares, lanzando para un touchdown y corriendo para otro, para llevar a los Texans a una victoria en la postemporada por 27-14 sobre los Oakland Raiders.
Osweiler, quien se fue a la banca el 18 de diciembre, consiguió su trabajo esta semana con Tom Savage con una conmoción cerebral. Tuvo su mejor desempeño de la temporada, para dar a los Texans su primera victoria en los playoffs desde la temporada 2012.
Houston y su mejor defensa, encabezada por Jadeveon Clowney y Whitney Mercilus, se recuperaron tras una vergonzosa derrota ante Kansas City Chiefs la temporada pasada por 30-0, para avanzar para enfrentar precisamente a los Chiefs o a New England en la ronda divisional el próximo fin de semana.
El primer viaje de los Raiders a los playoffs desde la temporada 2002-03, cuando fueron al Super Bowl XXXVII, terminó con un ruido sordo detrás de las luchas del novato de tercera cuerda, Connor Cook. Lanzó para 161 yardas con un touchdown y tres intercepciones.
Texans mantienen vivas sus esperanzas de disputar un Super Bowl en su propio estadio.
