No sé está preparado, advierten
Los huracanes como Irma, que golpeó este miércoles el Caribe, se alimentan de la energía que desprenden los océanos y por ello, especialistas estiman el aumento de las temperaturas, y su intensidad, aunque no su frecuencia.
A falta de datos satelitales a escala planetaria anteriores a 1970, es imposible saber cómo evolucionó la actividad ciclónica en el siglo XX.
Incluso hay ciclones muy intensos que pudieron pasar desapercibidos si no tocaron tierra, por ejemplo. De ahí la prudencia de los científicos.
En el Atlántico norte, desde hace una veintena de años se constató un aumento de la frecuencia de los ciclones, al contrario que entre 1970 y 1995, según Franck Roux, de la universidad Paul-Sebatier de Toulouse (suroeste de Francia).
En esta región, los investigadores notaron que la actividad ciclónica sigue ciclos de varias decenas de años y consideran que aún no es posible decir si el aumento del número de ciclones en la zona se debe a una variabilidad natural o al cambio climático.