Por ello crecen los tiraderos clandestinos de escombros.
Tijuana necesita por lo menos seis sitios receptores de escombros, sin embargo solamente hay dos que se vuelven insuficientes para la demanda del servicio.
El problema ante la falta de espacios ha originado la proliferación de tiraderos clandestinos en distintos puntos de la ciudad, los cuales no cumplen con las normas ambientales.
Los efectos no sólo impactan en el ambiente de quienes viven cerca, sino también en su salud al desconocer el tipo de material que se mezcla en el aire de las zonas residenciales y hogares de los tijuanenses.
Especialistas han detectado que una de las zonas más afectadas, son los terrenos situados a lo largo del bulevar Alamar, a la altura del Murúa.