Para los pescadores ribereños la vida en el mar no es tan sabrosa.
Para los pescadores ribereños de Ensenada la vida en el mar no es tan sabrosa y eso que estamos en plena cuaresma. Además les están pagando más por lo productos vivos que muertos.
Los pescadores ribereños de Ensenada se confiesan antipáticos, cerrados, herméticos, impenetrables.
Las cámaras y los micrófonos les causan urticaria, son difíciles para dar entrevistas y testimonios de una actividad que navega en aguas turbias, dicen por culpa de las autoridades federales.
La ironía es que muchos llevan toda la vida pescando pero nunca han tenido un permiso, solo el que dios les da cuando amanece.
“Anteriormente no nos preocupábamos mucho por tenerlos, porque era muy común que cualquiera saliera a pescar, pero ahorita la vigilancia está muy dura“, dijo un pescador del muelle de pesca ribereña de Ensenada.
Las redes quedaron en el olvido, ahora utilizan tambos de plástico con agujeros y carnada que dejan en el mar durante dos o tres mareas, la razón es porque el pescado vivo es más redituable que el pescado muerto. En este caso la cabrilla es su principal sustento.
“Quedan con el pescado vivo, y hasta tres, cuatro días, cuando juntan una carga entre todos, llega el comprador y se los lleva vivos, eso lo están importando a Estados Unidos, nos están pagando el pescado muerto a 20 pesos el kilo y lo estamos vendiendo a 4 dólares la libra, con 20 kilos de pescado vivo hago una marea de 200 de muerto“, explicó uno de los pescadores.
Actualmente existen 40 pescadores en el puerto de Ensenada, quienes se turnan 6 permisos de pesca de escama para vivir de la actividad. Según señalan hay acaparadores de permisos de pesca que no los aprovechan.
“Aquí hay 100 permisos, pero no se dan a la tarea de investigar ¿dónde están esos permisos y qué capturan? De hecho hay una tranza que se hace dentro del cuadro, arribar, porque los arribos tienen que ser cada cierto tiempo, es una obligación en pesca, entonces tú arribas y ahí te llevas el record y si no arribaste en el año no te renuevan los permisos y lo que hace la gente que los acapara, arriba falsamente sin pescado“, dijo.
Los pescadores cuentan que una señora tiene 30 permisos y solo aprovecha uno.
“Usa nada más el de buceo, ahorita nada más caracol y el pepino y tiene permiso para pescado, para jaiba, para tiburón para todas las especies“, sostuvo.