El aguacate es oro verde, y los neozelandeses lo saben.
La demanda de aguacates en Nueva Zelanda ha provocado una ola de robos y venta en el mercado negro, con al menos 40 robos de aguacate a gran escala, reportó el diario The Guardian.
Cada aguacate se vende en la región entre 4 y 6 dólares neozelandeses (entre 51 y 76 pesos), ya que la producción del año pasado fue pobre mientras la demanda local aumentó.
De acuerdo a la policía, los robos han ocurrido durante la noche. Los aguacates son recolectados en sábanas blancas colocadas en el suelo o a mano, para luego ser vendidos en puestos callejeros, pequeñas tiendas o restaurantes de sushi en Auckland.
Por lo mismo, las granjas en Nueva Zelanda han adoptado mayores medidas de seguridad como luces automáticas y alarmas.
Se espera que en los próximos meses y tras una temporada de abundante aguacate, la fruta llegue a todos los mercados del país y eso desincentive los robos, señaló Jen Scoular, CEO de Avocat de Nueva Zelanda.
Confió en que al tratarse de robos para conseguir dinero rápido y no grupos del crimen organizado, el delito se controlará y no impactará las exportaciones de la fruta.