Sordomudos participaron en un festival para festejar el día de la madre y el padre.
Traen el baile en el alma, sin la necesidad de escuchar reflejan la felicidad y seguridad que sus maestros les han enseñado. Esta es la historia de un grupo de niños y jóvenes en Tijuana.
Para bailar no se necesita escuchar.
Así lo demostraron niños y jóvenes sordomudos que reciben atención en el Centro de Atención Múltiple Helen Keller en Tijuana como parte de su educación y crecimiento.
El equipo multidisciplinario que labora en el CAM además de educar, trata mediante múltiples terapias y estrategias pedagógicas a los niños en situación de discapacidad.
Para los padres de familia es una satisfacción que sus hijos se puedan realizar mediante una presentación en un escenario frente a una multitud, aseguran que refleja la seguridad con la que se desenvuelven como resultado del trabajo de sus maestros.
Con lágrimas, sonrisas y aplausos, padres de familia y maestros, reconocieron el esfuerzo y avance de cada uno de los pequeños, en los bailables que presentaron en el tradicional festejo por el día de la madre y el padre en el Teatro Zaragoza de Tijuana.