La pelota era para mayores de tres años, el menor estaba por cumplir los 4.
Anna Davis, de Tasmania, Australia, no pensó que fuera peligroso que su hijo Alby, de tres años, jugara con una pelota de goma.
Desafortunadamente, la pequeña pelota quedó atrapado en la tráquea del niño, y todos los esfuerzos por salvarle fueron en vano.
Según informa la etiqueta, la pelota es para niños mayores de tres años, pero Anna no pensó que importara ya que el menor estaba a punto de cumplir los cuatro.
El pequeño, a pesar de los esfuerzos frenéticos de su madre por salvarle, murió en sus brazos, según publica People.