jueves 30 noviembre, 2023

Multimillonario quería mejorar la raza humana con su ADN

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Jeffrey Epstein fue imputado por explotación sexual de menores.

El multimillonario imputado por explotación sexual de menores, Jeffrey Epstein, quería sembrar la raza humana con su ADN utilizando para ello a mujeres en su rancho de Nuevo Mexico, afirmó en exclusiva The New York Times.

Según el diario, a principios de la década del 2000, Epstein expuso sus ideas a científicos y empresarios. Quería usar su rancho en Nuevo México para inseminar con su esperma a mujeres que darían a luz a sus hijos. El objetivo era inseminar a 20 mujeres cada vez.

Epstein tenía interés en el transhumanismo, el movimiento que apuesta por mejorar la especie humana a través de tecnologías como la ingeniería genética o la inteligencia artificial.

Una teoría que los críticos ven como una versión moderna de la eugenesia, el desacreditado campo que buscaba mejorar la raza humana a través de la manipulación genética.

Según The New York Times, Epstein se puso en contacto con acreditados científicos como Stephen Hawking, con los Nobel de Física Murray Gell-Mann y Frank Wilczek, con el paleontólogo y biólogo Stephen Jay Gould, y con el ingeniero molecular George M. Church, quien ha trabajado en identificar genes susceptibles de ser alterados para crear seres humanos superiores.

Siempre dispuesto a financiar investigaciones que otros rechazaban, Epstein agasajaba a los científicos con fiestas en su mansión de Manhattan, a las que asistían mujeres atractivas con impresionantes curriculums académicos–, comidas en Harvard o conferencias en su isla privada. Una vez, embarcó a varios de estos, incluyendo a Hawking, en un viaje en submarino.

Dos de los científicos que aportaron su testimonio son el psicólogo cognitivo Steven Pinker, que califica a Epstein de «impostor», y el fundador de la realidad virtual, Jaron Lanier, que ha cuestionado la rigurosidad del millonario.

Pinker relata cómo una vez Epstein criticó los esfuerzos para combatir el hambre y dar asistencia sanitaria a los pobres porque, decía, ello aumentaba el riesgo de superpoblación. Pinker rechazó y rebatió sus argumentos y nunca más fue invitado a las citas organizadas por el millonario.

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