miércoles 9 octubre, 2024

Los Memes y las movilizaciones juveniles en internet

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Memética, el mapa infinito de la imaginación

La Dra. Rossana Reguillo prepara una nueva publicación sobre la juventud y su relación con la tecnología

 

Texto de la Dra. Rossana Reguillo

 

El contrapoder, en este caso de autorrepresentación, puede entenderse como una estrategia de una creciente eficacia simbólica, en la que la acción conectiva y el trabajo de la imaginación desplegados por las insurrecciones amplían los repertorios para disputar sentidos e imaginarios que viajan polinizando diferentes luchas a lo largo y ancho del globo.

 

Un ejemplo claro de todo esto lo constituyen los memes, esa suerte de imágenes textos que condensan, simplifican, mezclan y resaltan —en un tono casi siempre festivo— distintos elementos para elaborar y posicionar una idea. Los memes constituyen hoy un importante y nada desestimable arsenal de lucha simbólica de los movimientos.

 

Con una audacia sin límite, los memes mezclan elementos de la cultura popular, como uno de los epígrafes que acompañan este capítulo, que alude a la exitosa serie Juego de Tronos, utilizada en Turquía con un importante añadido: «Tayyip, winter is coming», para referirse a Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, y que ha circulado viralmente con la imagen de unos simpáticos pingüinos que aluden a la dura represión contra los manifestantes en Gezi Park en 2013.11 Mientras eso sucedía y muchas televisoras internacionales informaban de la represión, la cadena local turca de CNN pasaba un documental sobre pingüinos.

 

Juegan aquí, en una estrategia de eficacia simbólica, tres componentes en lo que podríamos llamar hibridación transmedia o narrativas cruzadas (Scolari, 2013): la apelación a la frase emblema del libro serie de Juego de Tronos; la mención al documental sobre pingüinos transmitido por la CNN turca en el momento de la represión, y el mensaje dirigido a Erdogan, que (le) advierte sobre la llegada del invierno y que, más allá de la genial metáfora utilizada por George R. R. Martin, el autor de la saga Juego de tronos, que habla sobre el fin de un ciclo que no termina y que precede a la primavera, constituye una condensación de sentido que abreva y extrae materiales diversos de la cultura popular, cinematográfica y cotidiana, y pone a funcionar todo este inventario en un registro crítico y humorístico, pero fácilmente identificable, descifrable y abierto para la mayoría.

 

De ese meme «inicial» —como sucede con todos los memes virales—, se derivarían varias mutaciones que son claves para calibrar la velocidad con que las insurrecciones se apropian y reelaboran los códigos de la protesta.

 

Estas dos imágenes (disponibles en la red con el término de búsqueda «Gezi Parkmemes») dan cuenta de la potencia de la crítica planteada por el meme inicial: en ambas imágenes, lo que se retiene del ADN que da paso a la cadena semiótica de reenvíos virales son dos ideas claves: la represión con los gases lacrimógenos utilizados por la policía turca y las máscaras antigás que representan la resistencia. Pero asistimos a una sofisticación del código a través de tropos de la imagen inicial. En la primera imagen encontramos el símbolo de Twitter, el pajarito —que intentó ser silenciado por el gobierno de Erdogan—, que utiliza la máscara antigás como una alegoría visual que vuelve equivalente la censura digital con la represión in situ. En la segunda imagen, el pingüino del meme inicial ha cambiado su estética: no es ya el pingüino del documental de CNN; es un pingüino rebelde, dispuesto a resistir los embates de la represión. La potencia viral (vírico, virus, propagación) de un meme se vincula, entre otros factores, a que los signos que lo conforman son susceptibles de reapropiación y reinterpretación sin perder la carga semiótica inicial.

 

El meme en la era digital puede ser considerado un lenguaje epocal, una lengua de hablantes que poseen las claves para su codificación, decodificación y transcodificación, pero que siempre apela a un acontecimiento o situación detonante. Quizás valga la pena acudir a Mannheim, el sociólogo húngaro de principios del siglo XX, para retomar una idea que me ha perseguido en estos intensos años de movilizaciones y revueltas que tienen como protagonistas principales a los jóvenes.

Con información de Revista Anfibia

 

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