lunes 19 mayo, 2025

Lagrimas y sonrisas, y una boda en recuentro en el muro

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“Por sexta ocasión en la historia EUA abrió temporalmente la puerta del cerco fronterizo en Playas de Tijuana”

La puerta del cerco fronterizo en Playas de Tijuana fue abierta por sexta ocasión en su historia para que familias separadas por la migración y la deportación se abrazaran.

Fueron más de una decena de encuentros de tres minutos donde las lágrimas y la felicidad.

Pero esta vez hubo un caso particular. Evelia Reyes, originaria del estado de Guerrero, contrajo matrimonio con Bryan Houston que estaba del otro lado del muro.

“Para demostrar que ni un muro puede detener el amor, y que no hables el mismo idioma tampoco (…) No es una boda común tal vez, ni tradicional. Pero lo importante es que estamos muy felices y pronto vamos a estar juntos”, dijo Evelia.

Después de un noviazgo con las dificultades de la distancia, aprovecharon esta oportunidad para lanzar el mensaje de unidad al mundo, aunque la fiesta tenga que esperar.

“Me la va a deber, igual que la luna de miel. Lo más triste”, dijo.

De acuerdo con abogados y activistas, esta es la primera unión en estas condiciones y fue necesario una delicada revisión de las leyes de México y Estados Unidos.

“Llegamos a la determinación que se podía hacer desde el lado mexicano, entonces el matrimonio fue concedido por México, y para efectos legales ya tiene la suficiencia legal para efectos migratorios”, dijo César Luna, abogado de migración.

Por desgracia como ha ocurrido en otras ocasiones que Estados Unidos permite esta oportunidad, fueron más las lágrimas que las sonrisas.

Carmen Gil fue deportada y tenía doce años sin ver a su hijo al que llevó muy pequeño a vivir al país del norte.

“Es maravilloso haberlo abrazado, haberlo tocado a mi hijo porque fueron muchos años. Es difícil estar por videollamadas, no es lo mismo que tener y abrazar a tu hijo cerca”, dijo Carmen.

Pero cuando todo terminó y la puerta fue cerrada otra vez, a las familias no les quedó más que volver a platicar a través de la malla fronteriza.

“Es muy compleja la situación, sobre todo para los niños y niñas que no entienden por qué no pueden pasar más tiempo con sus abuelitos o sus papás. Por qué tienen que ser separados por un muro. Si los adultos no lo entendemos, muchos menos lo pueden entender los niños”, advirtió Melba Olvera, titular de Derechos Humanos en BC.

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