Después de 56 años en esta ciudad, los Cargadores se mudan a LA.
Lágrimas y enojo hubo a las afueras de las todavía oficinas de los Chargers en San Diego, donde aficionados expresaron su molestia destruyendo camisetas y otros artículos del equipo, dejándolos frente a la puerta principal del inmueble.
Aún sin poder creer que el equipo abandonará la que fue su casa por 56 años, aficionados armaron una pila con todos los artículos, incluyendo algunos de colección que habían estado durante décadas en sus casas.
Esta mañana, el alcalde de San Diego, Kevin Faulconer sostuvo una rueda de prensa en la que se dijo decepcionado con la decisión de la familia Spanos de abandonar la ciudad.
El primer edil dijo haberse enterado este miércoles en la noche por los reportes de prensa, aunque recibió la llamada del dueño del equipo la mañana de este jueves.
El alcalde insistió en que la ciudad hizo todo lo posible por mantener al equipo y siempre buscó un plan de financiamiento para un nuevo estadio que protegiera a los contribuyentes.
Pese a la salida de los Chargers, indicó que seguirán analizando opciones para construir un nuevo estadio en Mission Valley que sea utilizado por los equipos colegiales o cualquier otra franquicia que tenga interés de llegar a la octava ciudad más grande de Estados Unidos.
Los Chagers plantearon aumentar el impuesto hotelero para financiar su nuevo estadio en el área del centro de San Diego, pero dicha propuesta fue rechazada por los votantes en las elecciones de noviembre pasado.
Por su parte, el supervisor del Condado de San Diego, Ron Roberts no pudo ocultar la tristeza de ver la partida del equipo de casa.