Activistas responden con campaña #PorquéNoReaccioné.
Violeta, una joven en Tijuana, denunció haber sido víctima de violencia «Gineco-obstétrica», durante una consulta con un médico particular.
Su testimonio trata sobre los insultos que recibió, acoso y hostigamiento.
Pero la reacción de la gente ha sido brutal, aunque algunos la apoyaron otros además de juzgarla, la culparon. Y esto, según otras víctimas, es la norma.
La violencia en abuso de poder de algunos médicos está documentado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la cual recibió 122 quejas de 2009 a 2012.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) coloca a México en el cuarto lugar mundial por Violencia Gineco-Obstétrica.
Y, según un reporte de Gire -una organización civil mexicana que trabaja por lo derechos de reproducción- en 2015 México fracasó en la reducción de este problema que era uno de sus objetivos en las Metas del Milenio.
En el caso de Baja California activistas locales lograron que el año pasado se creará una ley estatal sobre violencia-obstétrica, pero aunque algunos reconocen el avance advierten que está incompleta porque solo contempla las agresiones durante el parto y no en los consultorios.
El problema se agrava por la impunidad de las agresiones ante la incapacidad de las instituciones para responder de manera contundente.
El caso de Violeta fue denunciado en el Ministerio Público, y también se hizo el reporte ante la Comisión de Arbitraje Médico (CAME), en tanto, activistas y mujeres arrancaron con la campaña #porquénoreaccioné para hacer un contra peso a las críticas.