Hubo muchos daños, pero no como se temía.
Irma, ahora tormenta tropical, de acuerdo al Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, se ubica a 170 kilómetros al norte de Tampa, Florida, con vientos de hasta 110 kilómetros por hora.
Afortunadamente, las primeras informaciones sobre el paso del ciclón por Florida es que los daños no fueron tan fuertes como se temía.
Imágenes de medios internacionales muestran árboles caídos y edificios con daños en sus fachadas, y gente abriéndose camino en calles enlodadas o parcialmente inundadas, pero se esperaba un escenario peor.
El ciclón dejó la huella de su destructivo paso por el Caribe la semana pasada, donde dejó al menos 27 muertos.
Impactó luego, como un poderoso huracán de categoría 4, en los Cayos de Florida, estado donde se cuentan otras tres víctimas mortales vinculadas a su trayectoria.
Cerca de 4.5 millones de viviendas y negocios en toda Florida quedaron sin electricidad por el paso del huracán. Funcionarios de servicios públicos señalaron que restaurar el servicio por completo podría tardar semanas.