Tu estilo de vida, medicamentos y hasta cambios fisiológicos influyen a la hora del descanso.
Uno de los trastornos del sueño más comunes entre la población es el insomnio, se trata de la incapacidad para conciliar el sueño o permanecer dormido, lo que se traduce en una noche de cansancio que interfiere con nuestras labores del día, porque no contamos con la energía necesaria para hacerle frente a nuestras actividades.
Los especialistas clasifican el insomnio en transitorio y crónico.
El primero dura menos de tres semanas, el segundo supera las tres semanas y puede tener repercusiones graves en su salud física y emocional, es importante consultar con su médico.
Algunas de las causas del insomnio son las siguientes:
Estilo de vida: cuando viajamos constantemente por cuestiones de trabajo y alteramos nuestras rutinas de sueño, cambiando nuestro famoso reloj biológico.
Farmacos: cuando se toman algunos medicamentos como los antidepresivos, hormonas, descongestionantes o se consumen demasiada cafeína durante el día, surgen problemas para conciliar el sueño.
Cambios fisiológicos: conforme avanza la edad es común que el sueño se altere, por lo que los abuelitos duermen pocas horas, ocasionando somnolencia y cansancio durante el día.
Los especialistas del sueño recomiendan hacer un ajuste en nuestra forma de vida para disminuir el insomnio, entre ellos los siguientes:
Evitar hacer ejercicio antes de dormir.
Cenar de manera ligera para mejorar la digestión.
Tomar pocos líquidos para evitar ir al baño.
Cerrar las ventanas para protegernos del ruido y la luz externa que pueden ocasionar alteraciones del sueño.
Utilizar el dormitorio exclusivamente para dormir para que nuestro cuerpo lo asocie al descanso y al sueño.