Ciego, solo y sin esperanza pasó el día de los abuelitos.
Cada 28 de agosto se celebra el día de los abuelitos, sin embargo no todos la pasaron bien, como Don Mario, un hombre de la tercera edad que pasó el día recostado sobre su propio excremento.
Las moscas revolotean a Don Mario, huele a suciedad, sus problemas de la visión le impiden asearse adecuadamente y deambula con los pies embarrados de su propio excremento.
Él es originario de Chihuahua y en su niñez se quedó parcialmente ciego porque el sol le dañó la vista.
Tiene 66 años, no tiene familia y se dedica a pedir limosna en la zona de tolerancia de Ensenada, duerme y realiza sus necesidades fisiológicas en la vía pública y se limpia con tierra para no oler mal.
Dice que no le gustan los asilos de ancianos, ni los centros de rehabilitación ya que en esos lugares hay muchos perturbados y lo molestan, él prefiere dormir en la calle, ya se acostumbró a la mala vida de pordiosero.
Un adulto sin esperanza que rechaza cualquier tipo de tratamiento.