Las autoridades se retiraron del balcón y no hubo acceso para nadie más al palacio.
En el desfile por el aniversario de la independencia de México no todo fue fiesta porque los ciudadanos no olvidan que hay pendientes.
Los manifestantes llegaron desde temprano y se plantaron a un costado del palacio municipal por donde pasaron los contingentes, pero se incorporaron al final.
Y es que la celebración patriótica con todo y sus colores, su emotividad y su enorme significado, tiene un sabor agridulce como la realidad del país.
Esa percepción de inseguridad es compartida por una buena parte de la población que también reconoce la relativa tranquilidad de vivir en algunas partes de este México.
Asistentes al desfile conmemorativo también coincidieron en que una de las soluciones para el país es la educación.
Pero no sólo la que se imparte en los salones de clase, también la de la familia porque es donde se aprende a vivir en sociedad.
Aun así, nadie olvida que la responsabilidad de brindar seguridad y garantías a la población es de todas las autoridades.
Y mientras parece que hay quienes van reconociendo sus deficiencias, no todos los gobernantes están dispuestos a dar la cara para ofrecer respuestas.
Los gritos de los manifestantes fueron a un balcón vacío porque las autoridades se retiraron cuando pasaron los contingentes.
Además las puertas del palacio estuvieron cerradas y la orden a los policías fue que nadie podía pasar.
Así en el palacio municipal disfrutaron del desfile, sin molestias.