Dice que es jaladora, bartender y hasta saca-borrachos.
A continuación les vamos a presentar la historia de Delia, una mesera que se gana la vida en la llamada zona de tolerancia de Ensenada.
Delia dice tener 30 años y trabaja en un bar del Bajío, área de Ensenada donde se concentra la prostitución y los negocios relacionados al sexo y el consumo de bebidas embriagantes.
Su vestimenta es para provocar; corset rojo, moño del mismo color en la cabeza, con falda y mallas negras, coquetea con los clientes al pasar y los invita a su local a olvidarse de las penas con el alcohol o la caricia de alquiler.
Detrás de su sonrisa y trato amable esconde una tragedia familiar, sus dos hijos, el DIF se los quitó por omisión de cuidados y por andar en malos pasos.
A Delia no le faltan galanes como este joven que le dedicó una canción.
Sin embargo, cuando un cliente se propasa lo saca del establecimiento dependiendo de qué tan alcoholizado ande o que tan molesto sea, asegura que además de mesera la hace de “jaladora” de clientes, bartender y hasta saca-borrachos.
Ella se considera una persona trabajadora a la que le gusta lo que hace.
