Fue cruelmente asesinado.
Considerado el país más violento y peligroso de América Latina, el Salvador vive asolado por el pandillerismo, con una promedio de 81 homicidios por cada cien mil habitantes.
Por si fuera poco, ha causado indignación la muerte de Gustavito, el único hipopótamo que habitaba en el Zoológico local.
Hasta hoy, la muerte de este querido animal sigue siendo un misterio, pues las primeras versiones hechas el pasado lunes por el director del zoológico, Vladan Henriquez, indicaban que el hipopótamo estaba lleno de golpes y heridas punzantes y que creían que fue atacado con barras de hierro, cuchillos y piedras por unos delincuentes que aún no han sido detenidos.
De acuerdo al reporte, el ataque ocurrió el martes de la semana pasada, durante la noche, pero los cuidadores de Gustavito no detectaron las heridas hasta el jueves, cuando el animal salió de su charca.
Los sindicalistas de la Secretaría de Cultura, administrativos del zoológico, desmintieron tal versión y aseguran que «Gustavito» estuvo enfermo por lo menos 17 días antes de morir y que las laceraciones fueron producidas las por caídas sufridas por los dolores estomacales que tenía, además acusaron a personal del zoológico de negligencia.
Apenas el año pasado, se reportaron hechos delictivos en el parque nacional cuando fueron robadas cinco guacamayas rojas, ave extinguida ya en este país.
La organización Human Society International/Latinoamérica, que une esfuerzos para la protección animal, ha ofrecido una recompensa a quien proporcione información que ayude a la identificación, arresto y condena de los responsables de la muerte de Gustavito.
Por su parte, la Secretaría de Cultura de El Salvador ha explicado que se ha abierto una investigación y que el Zoo permanecerá cerrado hasta que se aclare lo sucedido.
