aun antes de que nos deshagamos del primer kilo
El hambre es un síntoma de que hay un desequilibrio metabólico provocado por una alimentación inadecuada para nuestro organismo. En otras palabras, debido a la ingesta de alimentos procesados y altos en azúcares refinados, las personas acumulan la mayor cantidad de calorías en las células del tejido adiposo, dejando al cuerpo con poca energía disponible y cuando el cerebro percibe esta baja de energía, se produce hambre. Las células grasas almacenan demasiadas calorías y el cerebro envía una señal de apetito para asegurarse que el metabolismo funcione bien.
En el libro ¿Siempre tienes hambre? el doctor David Ludwig propone atacar las causas y no los síntomas. ¿Cómo? Sin medir las calorías y llevar un programa de nutrición con alimentos ricos en grasas y proteínas saludables, evitando en lo posible los carbohidratos refinados, que son los principales causantes de programar al cuerpo (a través de la insulina) para que almacene la energía (calorías) en las células grasas.
El libro recomienda un programa de tres fases para poner al organismo en el punto de equilibrio y lograr que el cuerpo tenga su peso normal. Sin excesos, sin restricciones y principalmente sin hambre.