En medio de la incertidumbre, la escuadra del rayo cierra con marca de 5-11.
Foto: Ramón Hernández.
«Esta pudiera ser la última vez», dice una canción de The Rolling Stones. A 4 minutos y medio de terminar el partido, el sonido local puso esta melodía para ambientar el tiempo fuera, que más bien pudiera provocar la pregunta: ¿fue el último juego de los Chargers en el Estadio Qualcomm de San Diego?
Lejos del ambiente de fiesta por el año nuevo, aficionados llegaron al estacionamiento a poner sus asadores y carpas, mientras comenzaba el partido. Los entrevistados por Síntesis Deportes su preocupación por no saber lo que va a pasar con la franquicia.
Todos ellos coinciden en que el dueño del club, Dean Spanos, debe meditar muy bien su decisión antes del veredicto que ocurrirá dentro de unas semanas, a cargo de todos los dueños de la NFL.
Fue 2106 un año agridulce para el fútbol americano profesional de San Diego: un voto negativo al estadio, bajas entradas en el inmueble, un equipo que no supo ganar y la sombra de Los Ángeles.
Abrir 2017 no fue de la mejor manera en el Majestuoso de Mission Valley.
Por cierto, los Chargers perdieron ante los Kansas City Chiefs por 27-37.