Su precio puede variar entre los 50 y los 100 pesos.
Acompañada de un caldo caliente con verduras, comensales en varias partes de México saborean la carne hervida de la rata de campo que, según los testimonios, ofrece un sabor particular y nutritivo para la anemia y hasta para la cruda.
En entidades como Fresnillo, Zacatecas, el caldo de roedor es típico y exótico, pero no sólo eso, sino que desde 2017 en esta localidad se organiza una feria al respecto. Su precio puede variar entre los 50 y los 100 pesos.
Según Notimex, esta peculiar comida se consume en Zacatecas desde tiempos de la Colonia; sin embargo, parte de ello, al menos en las zonas rurales, es por el hambre, la pobreza y la comercialización.
De acuerdo con el testimonio de un campesino de Villa de cos que se dedica a cazar estos roedores, a la rata de campo se le han adjudicado no sólo propiedades nutritivas, sino también medicinales y afrodisíacas, motivos más para que haya quienes paguen para devorarla.
“Nos las compran porque son buenas para curar la anemia y la debilidad, también para recuperarse más pronto de una operación y hasta porque tienen propiedades para mejorar el rendimiento de los hombres con la esposa”, dijo el campirano.
En El Salitre, en Coahuila, es común que ante la pobreza que se vive en la zona haya personas o familias que, aprovechando sus conocimientos para la caza de conejos, por ejemplo, también capturen ratas de campo para prepararlas en distintos platillos.
El científico egresado de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Manuel de Jesús Macías, explicó a Notimex que mientras la rata de ciudad vive en alcantarillas, se alimenta de desperdicios y transmite enfermedades, la de campo es limpia, consume semillas y plantas y sí tiene propiedades nutrimentales.
Sin embargo, precisamente en Zacatecas, expertos concuerdan en que la demanda del animal, el urbanismo, así como otras causas como el cambio climático pueden provocar que la especie se encuentre en peligro de extinción.