Tres menores han sido víctimas de la ola violenta en los últimos días.
Ashley se llama la niña que murió por una bala en Tijuana. Con ella, son tres menores víctimas de la ola violenta en los últimos días.
En menos de una semana dos niños y una niña fueron víctimas de ataques armados, dos murieron y uno resultó herido.
Para la Procuraduría General de Justicia del Estado, la línea de investigación está relacionada con la venta y compra de drogas por parte de los padres.
Hugo David de 7 años y Ashley de 5, son parte de los «daños colaterales», como dijo la fiscalía estatal, de los enfrentamientos entre narcomenudistas.
Y la autoridad, advierte que no hay una solución sencilla.
Hoy, la mayoría de los sicarios y distribuidores de droga son jóvenes de entre 20 y 25 años que no estudian ni trabajan: una generación perdida.
Sin embargo no todos están de acuerdo, algunos le exigen a las corporaciones que detengan su discurso y dejen de culpar al crimen organizado y asuman su responsabilidad.
Organizaciones, como Alianza Civil piden un alto a los asesinatos, y piden a los gobiernos coordinarse para proteger las zonas más vulnerables de la ciudad, de los enfrentamientos entre las bandas delincuenciales.
No basta con descalificar a los muertos de los enfrentamientos: exigen frenar la impunidad.
Tan solo en mayo, 152 personas han sido asesinadas, con esta cifra el mes se ha convertido en el más sanguinario de la historia en Tijuana, mientras que en el año ya se rebasaron las 600 muertes violentas.