Los seres sacrificados en el Centro de Control Animal de Tijuana son tirados en los basureros de la ciudad, ya que en sus instalaciones no cuentan con un crematorio que les permita tratar los cadáveres, principalmente de perros que fueron retirados de las calles o abandonados por sus dueños y que después de ponerlos en adopción y no encontrarles hogar son sacrificados.
Esto a pesar de que las instalaciones del Centro ya han sido remodeladas y cuentan con una mayor capacidad de atención, pero aún no tienen el incinerador.
El doctor Miguel Enciso, Jefe del Departamento de Control Animal Municipal informó que fue aprobada la adquisición del equipo para dar buen fin a los restos de los animales, pero será en los próximos meses cuando se adquiera.
