El día de hoy a medio día en Argentina surgió la noticia sobre el fallecimiento de Diego Armando Maradona, siendo confirmado unos minutos después, que el astro argentino falleció a los 60 años de edad luego de sufrir un paro cardiorrespiratorio en su hogar, dejando a todo el pueblo de dicho país impactado tal y como los impactó en aquella Copa del Mundo que levantó en México 1986.
Hoy nos despedimos de uno de los deportistas más icónicos en la historia del fútbol, uno de los mejores argentinos en la historia, uno de los más importantes personas dentro del deporte más popular en el mundo, una de los personajes más conocidos en todo el planeta tierra, hoy despedimos a Diego Armando Maradona.
Falleció el más grande de todos los tiempos, un futbolista único e irrepetible, el jugador que defendió sus colores y su selección con sangre, quien demostró que el amor al fútbol es verdadero y real, quien pese a cometer los peores errores para un ser humano, demostró su grandeza con un balón.
Era Diego, genio y figura hasta la sepultura, fue un ídolo para muchas personas en el mundo, que jugaban en el barrio y querían ser Maradona, ayudó a su selección a estar en la cima de la gloria y quería a su país más que cualquier otro argentino.
Como olvidar cuando recriminó a los italianos que abuchearon el himno de la Argentina, cómo olvidar tu paso por Napoli, cómo olvidar tus jugadas, cómo olvidar la mano de Dios y cómo el olvidar el gol del siglo, el mejor de todos los mundiales.
Lejos de ser una persona ejemplar, Diego era Diego, un argentino que soñaba con jugar y levantar un mundial con la selección albiceleste, un «pibe» que nació en Villa Florito y en los cebollitas demostró su excelencia dentro del campo, debutó en Argentinos Jrs, pasó a Boca para después dar el saltó a Europa con el Barcelona, donde terminó gravemente lesionado para seguir su caminó por Nápoles donde lograría alzar la gloria.
México 1986 sería su consagración como futbolista, el partido en contra de los ingleses, con dos goles recordados, con la final ante los alemanes, donde levantaría el segundo campeonato del mundo para Argentina y en Italia 1990 quedándose a nada de ser bicampeón del mundo, de no ser por el maldito penal a favor de los bávaros.
Este hombre era eso, un HOMBRE, alguien con defectos que vivió un infierno fuera de las canchas, pero también alguien recordado con cariño por todo el mundo por todas las alegrías que regaló dentro de un terreno de juego, con frases muy recordadas por todos.
«La pelota no se mancha», «Me cortaron las piernas», “Crecí en un barrio privado de Buenos Aires. Privado de luz, de agua, de teléfono”, fueron una de las tantas declaraciones de Diego, que retumbaron en todos los medios.
Diego Armando Maradona paso de ser un genio a un villano dentro del entorno futbolístico y solo por eso también se convirtió en leyenda, porque para estar en la cima durante tanto tiempo, terminó pagando y cayendo fuertemente para convertirse en ETERNO.
Ahora el «pelusa» se encuentra descansando, rodeado al fin de sus dos grandes amores, doña «Tota» y Don Diego, que después de tanto tiempo, le podrán dar el ansiado abrazo a su hijo quien se terminó por convertir en LEYENDA.
¡GRACIAS!
Descansa en paz.
“Si me muero, quiero volver a nacer y quiero ser futbolista. Y quiero volver a ser Diego Armando Maradona».
